viernes, 26 de marzo de 2010

LISTOS PARA GANAR



Había una vez un rey de corazón puro que estaba muy interesado por el bien común. A menudo se hacía visitar por magos y maestros que pudieran proporcionarle los métodos a utilizar en el gobierno de su reino. En esto que le llegaron noticias de un mago poderosísimo llamado Merlín, que vivía más allá del confín de la tierra. De inmediato le hizo llamar.

No había transcurrido más de 3 días cuando el mago se presentó ante el monarca.
- Majestad, me habéis hecho llamar, ¿qué queréis conocer?
- El secreto para gobernar en paz y prosperidad, dijo el rey.
- Acompañarme a la terraza, replicó de inmediato.

Juntos salieron a la azotea del castillo. El día languidecía y empezaba a refrescar como sólo sucede en las últimas tardes del otoño. A lo lejos un bando de patos cruzaba el cielo dirección sur. Merlín indicó al rey que contemplara la formación de vuelo que usaban los anátidos.

Ya de vuelta en el salón del trono prosiguió.
- Está comprobado que la formación en V para el vuelo es la más aerodinámica y produce un rendimiento muy superior al que se produciría si cada pájaro volara solo.
- Eso es cierto pero, ¿qué tiene que ver?
- Las personas que comparten una dirección u objetivo y viajan hacia él en compañía de semejantes llegarán de manera más fácil.

El rey asintió con un gesto y el mago continuó:
- Cuando el líder de la formación se cansa, se pasa al último puesto y es el siguiente el que asume el rol de guía. Además, todos los que van detrás del líder emiten graznidos.
- Y ¿entonces? dijo el rey.
- Los mejores resultados, prosiguió el mago, se producen cuando hacemos por turnos los trabajos o tareas más difíciles y es en ese momento cuando se agradecen de sobremanera unas palabras de apoyo.

Todos se miraban con asombro pues nadie antes había oído hablar con tanta sabiduría.
- Cuando un ganso cae enfermo, otros le acompañan hasta que sana o muere y sólo en este momento continúan el viaje. Si los humanos actuáramos inteligentemente nos apoyaríamos más lo unos en los otros.

Entonces el rey tomó la palabra y en voz alta dijo a todos los presentes:
- Que todo el mundo conozca que Merlín es el más sabio de todo el reino y a partir de hoy será nombrado "Consejero Real".

Supongo que muchos conoceréis el cuento en sus distintas versiones (gansos, gurús, maestros, etc). Quedémonos con lo importante que es el mensaje y no la forma de presentarlo.

También es cierto, que a mí se me queda un poco cojo sobre todo en lo referente al liderazgo. Cada día ocurre con más frecuencia que la tarea es encargada a un equipo y en éste y dentro de él se diluye la responsabilidad. Cuando se plantea este problema mi respuesta es siempre la misma: “fallo en el concepto de delegación”. Las tareas una vez delegadas o, si queréis, asignada la ejecución a un equipo, deben de ser seguidas por el líder y al final se deben analizar los resultados de manera conjunta. Está claro que delegar es una muestra de confianza de quien detenta la autoridad en otros, pero no debemos quedarnos en el elemento motivador. El fin, “per se”, es lograr mejores resultados.

Durante la pasada semana varios os habéis acercado para dar vuestra opinión y, “chovinismos” aparte, entre todos hemos llegado a la conclusión que la diferencia entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid es una: el RM no tiene equipo y mi Atleti lo que no tiene son jugadores.
Al Madrid, decía uno en el post anterior, le falta tiempo, dedicación y esfuerzo.

En mi concepción, que dicho sea tiende cada día a ser más buenista, parafraseando al genial Manolo Summers “todo el mundo es bueno”, y por lo tanto, la dedicación y el esfuerzo se supone. Así el elemento que nos falta, es el más difícil de conseguir hoy en día: el tiempo. Todos estamos necesitados de resultados y de que éstos estén presentes para la hora de la comida llámese Budget, Forecast, Rolling Forecast, 6+6, 9+3 o etc.

Pero para que un equipo empiece a andar es necesario un éxito inicial, aunque sea muy pequeño y el Madrid todavía no lo ha logrado. Los éxitos cohesionan, mejoran el ambiente y hacen que los miembros se sientan orgullosos de pertenecer al equipo que los logra.

Tenemos que dejarlo aquí pero la próxima semana vuelvo a la carga. Si estamos con el equipo no puedo finalizar sin hablar de autocrítica, individualismo, inconformismo, colaboración y egocentrismo. ¡Ah! y también del Síndrome del César.

La foto una de mis favoritas. El mejor equipo de la temporada 95-96, que no los mejores jugadores que como siempre estaban en el Real Madrid y en el Fútbol Club Barcelona.

Como decía al principio: Listos para Ganar (Indras, 2006)

LISTOS PARA GANAR

domingo, 14 de marzo de 2010

OLIVER & BENJI


- Papá ¿y por qué somos del Real Madrid?

Este año la historia bien puede haber cambiado y quedarse así. ¿Recordáis el anuncio de la Sra. Rushmore para mi Atleti? Pues eso.

Hablo para los que no seáis futboleros, o para los que habéis estado de viaje, o para los que definitivamente vivís en otro mundo, de la eliminación del Real Madrid de la Champions League.

Todos sabemos que “el Ser Superior” (como le definió Butrageño) ha vuelto, esto es, que Florentino Pérez es de nuevo el Presidente del Madrid, y que, como en la época anterior, ha fichado a las mejores estrellas del planeta fútbol: Kaká, Ronaldo, Benzema, Xabi Alonso, Arbeloa, etc. A éstas hay que unir las que ya tenía en plantilla como Raúl, Casillas, Guti, Pepe, Higuaín …….

Pero hablando de fútbol, ¿cómo no hemos utilizado la palabra equipo? Si todavía sigues leyendo y el fútbol no te interesa en lo más mínimo has de continuar. Prometo no defraudar.

¿Cómo puede eliminar al Madrid un equipo inferior como es el Olimpique de Lyon? Es sencillo y se resume en el golaberaje (2-1 a favor de los franceses). Pero la explicación matemática no es la que vale en estos asuntos.

El raciocinio válido tiene que incluir el qué ha pasado y no sólo el cómo terminó. De un frío resultado no se pueden extraer consecuencias. En cambio, analizando el fracaso encontraremos la información necesaria para construir un exitoso futuro.

La primera sensación es que Floro no ha aprendido de sus previas y propias experiencias en el terreno futbolístico. Puede que mi percepción no sea la realidad pero la sensación es que estamos ante una paramnesia o como se dice ahora en un “déjà vu”. Otro plantel lleno de estrellas que como equipo no logra los objetivos deseados.

Ahora podemos buscar la solución en lo futbolístico para lo que recomiendo seguir la máxima de Bill Shanly (que fue General Manager del Liverpool): “si estás en el área y no sabes qué hacer con el balón, métela en la red y luego discutiremos las alternativas más tarde”.

O en lo nuestro. Y por desgracia para ellos la cohesión no es algo que surja de forma espontánea. Si los humanos somos individualistas este tipo de persona, los jugadores, lo es mucho más aunque sólo sea por su marcado carácter competitivo fomentado desde pequeños. Así buscarán su bien por delante del bien del grupo o equipo.

Es clásico que el punto de partida para construir un equipo es el sentimiento de pertenencia por su importante valor cohesionador. De ahí y sin obviar las 4 fases típicas de formación, normalización, tormenta o conflicto, y ejecución (podéis repasarlo en el libro Developing Management Skills de David Whetten & Kim Cameron) mi propuesta es favorecer el respeto, la lealtad, la colaboración, la responsabilidad y como no la dedicación.

Mi amigo Rafael recordaba en una entrevista las 3Hs como resumen de los valores personales que conducen a una organización hacia el éxito y decía: Honestidad (entendida como compromiso con la empresa), Humildad (somos importantes en cuanto somos parte de un equipo) y Humor (una actitud correcta para resolver los problemas y para hacer agradable el trabajo). Bien dicho Jefe.

El tema da para más y continuaremos la próxima semana pero no olvidemos que para alcanzar los mejores premios se requiere tiempo, dedicación y mucho esfuerzo. Y además dinero.

Como decía al principio: Oliver y Benji (Capitan Tsubasa 1983)

OLIVER Y BENJI

sábado, 6 de marzo de 2010

EL MUNDO PUEDE SER DIFERENTE

Este mes estamos celebrando el 60 aniversario de la revista Golf Digest en su edición Americana. Durante todos estos años por sus páginas de tamaño reducido (es lo que significa digest) han pasado algunos de los mejores jugadores y los más grandes instructores de este deporte. Todos ellos bajo un mismo lema que continua imperturbable a lo largo de los años: “El golf es un deporte divertido del que se disfruta más cuanto mejor se juega”.

Quizás sea esta la razón por la que año tras año, se acercan nuevos practicantes y muchos continúan jugándolo durante toda una vida (parafraseando el titulo del libro de Harvey Penick y Bud Shrake: “El deporte que dura toda la vida”).

Me pregunto si en el paraíso profesional la "máxima" de GD es también válida. Esto es: “El trabajo es una actividad divertida de la que se disfruta más cuanto mejor se hace”. Fuerte, ¿no? ¿Alguien la suscribe? Mejor, ¿quién se apunta? Yo doy el paso, y quienes me conocen ya saben a qué me estoy refiriendo.

Si uno de los mayores placeres de la vida es, como decía Cavafis, el poder disfrutar del viaje hacia las Itacas, también es cierto que llegar al destino elegido da gran satisfacción. Aún así, ocurre que a veces uno pone el mejor de los empeños, su más leal y saber entender y no logra arribar a buen puerto.

Concretizo. ¿Cómo se debe de pasar de la idea a la acción? o ¿qué es necesario para lograr los resultados planificados con anterioridad? Puede que la solución hoy siga siendo la misma que hace 60 años: hay que querer, que poder y que saber.

Pero también puede que esta propuesta ya no sea válida. De hecho para mi no lo es ya que al escenario se han ido incorporando nuevos “conceptos y valores” como, por ejemplo, la responsabilidad social corporativa.

Hoy mi camino es:
1.- Dar sentido a la acción.
2.- Estar motivado.
3.- Tener las capacidades necesarias.

Si todos los involucrados comprenden los motivos y los hacen suyos, y los quieren, y además pueden hacerlos posibles nada impedirá la llegada a la Itaca. Y lo mejor es que durante el viaje, por muy penoso que éste sea, la diversión está garantizada.

Para los que no pueden trabajar con amor sino sólo con desgana, el consejo no por viejo deja de estar vigente y es que abandonen el trabajo y, esperen a la puerta del templo a recibir la limosna de los que trabajan con alegría.

Como decía al principio: “El Mundo Puede Ser Diferente” (Barón Rojo, 1984).

EL MUNDO PUEDE SER DIFERENTE