domingo, 30 de mayo de 2010

CLUB ATLÉTICO DE MADRID, HIMNO DEL CENTENARIO


"Virgencita, virgencita, que me quede como estoy". Que sí, que sí. Que esto de ser un ganador no me ha gustado nada. Las gentes te miran mal, de repente te conviertes en un presuntuoso y por si fuera poco pasas del anonimato al centro de la escena sin tiempo a aclimatarte.

Decididamente me gusta más mi Atleti de toda la vida. El que te da sufrimiento hasta 10 minutitos antes del final que es cuando, en la jugada tonta del partido, va y palma (pierde en el foro).

Será la costumbre pero para un Atlético perder forma tanta parte del juego del futbol, como la pelota o las porterías. Uno se ha habituado a base de experiencias y sube de vuelta a casa por el Paseo de los Melancólicos, con la cabeza gacha y sin ganas de hablar. Eso sí, al despedirse de la pandilla no falta el: “bueno el miércoles a las 19.00 en el sitio de siempre que hay Copa”.

Quizás por esto mi credo está basado en la lucha contra la adversidad, en el “Impossible is nothing” (no hay nada imposible publicitado por Adidas), en el hay que intentar algo nuevo y en el juntos podemos.

Uno puede ser el hermano pobre pero sigue siendo hermano ,y es que como predicaba el genial Andrés Montes “La vida puede ser maravillosa”. Eso sí, siempre a base de mucho equipo y contadas estrellas. ¿Me explico?

Todos los días afrontamos como directivos una larga lista de tareas en el “to do”. El secreto, más allá de matrices más o menos ingeniosas, es terminar el día con todo lo urgente e importante realizado (o en fase de realización), con todo lo urgente que es poco importante delegado, con todo lo importante colocado en la lista de espera de urgencias y con los asuntos poco urgentes y nada importantes eliminados de la cesta.

Esto supone un montón de trabajo, aunque para algunas capas de la organización no sea transparente y no se vea la real dimensión de las tareas. Como consecuencia del alto número de acciones a realizar aparece el error como parte del juego. Claro que no es deseable y mucho menos bienvenido, pero cuando uno juega como titular 100 partidos por día y planifica como entrenador otros 200, inevitablemente hay partidos que se pierden.

Y aquí es donde los que saben perder toman importancia para la organización. A mi juicio todos los perdedores de por sí son futuros ganadores pero ¿cuántos ganadores están preparados para ser perdedores? .

El fracaso no es más que la prueba de que algo no se ha deseado con la suficiente fuerza (decía el protagonista de la película “El Paciente Ingles”). Añadamos al deseo un poquito de esfuerzo, varias gotitas de sacrificio y disciplina a discreción y……….seguro que ÉXITO.

Como el mundo es redondo desde el Éxito/Logro uno sólo se puede mover al Fracaso/Error. Allí os espero con mi querido Atleti, en la ribera del río Manzanares, donde los indios acampamos y hoy se escuchan tambores de alegría. No temáis, juntos generaremos sentido de propósito.

Y si no… siempre nos quedará la “Europa League del 2010”.

Como decía al principio: “Club Atlético de Madrid, Himno del Centenario” (Joaquín Sabina 2003)

CLUB ATLÉTICO DE MADRID, HIMNO DEL CENTENARIO

sábado, 15 de mayo de 2010

LA VIDA ES DE LOS QUE ARRIESGAN

No seré yo el que reniege de la concepción de divo que se nos adjudica y es que todos tenemos en nuestro interior un ego. Lo que pasa es que algunos pensamos que somos más altos, más guapos, más rubios y por supuesto tenemos los ojos más azules de lo que los demás piensan. Vamos que como dice Reyes; “Mi marido casi no se quiere, ¿eh?”

Si a lo anterior le unimos un proyector, mi mac y 20 personas, tenemos una presentación en toda regla.

Después de 20 años trabajando en RRHH tengo claro 2 cosas:

1.- Que el 90% de nuestro trabajo es Teatro.
2.- Que el otro 10% se tarda en descubrir más de 20 años.

Lo cierto es que esta profesión tiene un componente de exhibicionismo alto y es muy dificil, por no decir imposible, gestionar el cambio desde la retaguardia (aquí abro el debate y espero vuestras opiniones).

El secreto, a mi juicio, está en orientar al grupo sin caer en dirigirles. Me explico. Los de RRHH somos por concepto, de entrada y fin un coste, un departamento de soporte, Overhead. Somos, utilizando el ejemplo de la construcción, el cemento que une los ladrillos de la fachada de la casa. La pregunta es; ¿se puede construir una casa sólo con cemento? Pues va a ser que no, que hace falta algo más . Hacen falta ladrillos.

Los ladrillos son las personas. Por eso se puede decir que la estrategia de una compañía son las personas pero, para que esa estrategia sea sustentable en el tiempo, deben de existir unas políticas de RRHH (un cemento) que las una y cohesione.

Una de las mejores oportunidades para poner cemento en los ladrillos son las convenciones. Como la cosa está malita y el tema de las convenciones, seminarios y retiros está restringido a uno por año (y eso para los que somos afortunados) hemos incluído, y hablo de nuestra experiencia, pequeños seminarios de +/- 30 minutos en las reuniones mensuales de seguimiento y revisión del presupuesto.

Hasta aquí el cómo y ahora para el que todavía conserve las ganas el qué.

Hace un par de semanas me invitaron a un seminario /coloquio / comida en el que tuve la ocasión de charlar con los alumnos de un prestigioso Programa Master. El foro, os podeis imaginar, era de lo más agradecido ya que uno puede decir realmente lo que piensa, sin temor a ser censurado por los Mayores” y poner en peligro la “soldada”.

Pues bien, allí estuvimos los 3 que salimos de casa (mi ego, el mono y un servidor) hablando del liderazgo, de cómo yo lo veo y de alguna novedad editorial que ya os traeré a este foro (El Código del Nuevo Líder de Dave Ulrich y otros) cuando surgió el debate sobre la motivación.

Para los alumnos la motivación era responsabilidad directa de la DG (Dirección General) o por delegación, de la Dirección de RRHH. Este postulado , reconozco, que al principio me sorprendió pero según avanzábamos en el debate me llegó incluso a cabrear. Y bastante.

Supongo que será el abismo generacional (20 años en este mundo regido por la información y las NNTT es mucho) pero no puedo disentir más. A mi compañía hay que venir por la mañana duchado, desayunado, cagado (con perdón) y motivado. Además y, esto sólo para el género masculino, afeitado.

Pero ¿qué leches voy yo a motivar a nadie? Demasiado tengo con lo mío, como para encima tener que echarme a la chepa a un señor o a una dama que es que no está motivada. No queridos cantarines, no. Por ahí no. Y no.

Poniéndolo en sencillo. Lo que yo como padre debo hacer, es dar argumentos a mis hijos para que se coman el plato de verduras que tienen en la mesa. Puedo explicarles las bondades de una dieta rica en productos de la huerta, e incluso hacer teatro y contar como el gran Diego Forlan (U-RU-GUA-YO) come a diario como mínimo un plato de espinacas.

También, si la ocasión lo requiere, puedo obligarles a comerlas.

Pero ¿puedo hacer que les guste la verdura? No. Que no, hombre, que no. Que no se puede. Podremos cocinarlas con entusiasmo e incluso con talento o dejarlas que se cuezan en una triste cacerola de agua, pero ahí acaban las posibilidades.

La motivación es algo intríseco a la persona. Yo no puedo motivar a nadie. YO NO SÉ MOTIVAR.

Mi trabajo es hacer teatro o, dicho con otras palabras, crear las condiciones para que tú y tu motivación llegueis juntos cada día a mi Compañía. Y cuando de mañana aparezcais daros la bienvenida, acercaros la silla al escritorio y poneros un vasito de agua fresca por si la sed arrecia.

Hasta ahí. El resto, el quedarte o el irte, es problema únicamente tuyo.

Como decía al principio: “La vida es de los que arriesgan” (Loquillo, 2008).

Posdata: que nadie se asuste que del Atleti hablaremos la próxima semana. Ahora toca reflexionarlo y disfrutarlo que uno no tiene costumbre.

LA VIDA ES DE LOS QUE ARRIESGAN

sábado, 1 de mayo de 2010

LUCHA DE GIGANTES

“Buenos días, bienvenidos y, como siempre, salud”. Quien me conoce, sabe ya de qué voy a hablar. Para los demás deciros que con esta frase llevo años abriendo las mesas de negociación con la RS (Representación Social).

El introito al caso contiene varios apartados:
1.- Buenos días, como saludatorio.
2.- Bienvenidos porque uno que es bien educado y siempre que se le pide recibe en su casa (la Mesa de negociación es equiparable a la casa de la Compañía entre otras cosas, y sin tener que aludir a tecnicismos, porque es quien paga su coste).
3.- y Salud, ya que la Mesa tiene carácter social (el objeto o fin último es la negociación de acuerdos con componente jurídico/laboral).

Después de varias semanas centrado en el negocio más que en lo nuestro, toca volver al core de nuestra profesión, que no es otro que el lograr acuerdos. Y digo esto porque ¿qué es una selección más que un acuerdo entre partes, trabajador y empresa? y ¿Qué decir de la posterior contratación? Y ¿de la revisión de objetivos de los managers? y ¿Quién dice que no es un acuerdo una subida de sueldo?

Posiblemente no habéis pensado nunca en este sentido. Pero no os lo puedo poner en el debe, antes bien, es culpa de nosotros, los Responsables de RRHH, que una vez más no hemos sabido explicar la función.

En el contexto actual y con el poder emergente que da el uso intensivo de las NNTT (Nuevas Tecnologías ) las reglas de juego están cambiando. Así, la correlación de fuerzas que estudiamos hace unos años poco tiene que ver con la situación actual. El candidato cada día exige más, el trabajador no se conforma con un puesto bien retribuido y a los managers, entre nosotros, no hay Dios (con perdón) que les entienda.

Lo anterior por un lado del triángulo. Por el otro tenemos a una RS que cada día tiene menos de S y más de R (dicho sea con todo el respeto que merecen, pero también con toda la contundencia).

Y juntado ambos lados del equilátero, las necesidades actuales de las Compañías en términos de coste/eficacia/eficiencia. Esto en el lenguaje diario lo llamamos: “los mayores”.

Como dicen por la calle Serrano: “te lo juro por Louis Vuitton que la cosita no es sencilla. Pero no todo es negativo. Mientras viajaba hacia Ítaca me he ido fijando y he aprendido de buenos maestros y de mejores compañeros.

Cada día que pasa me resulta más sencillo negociar y llegar a acuerdos y es que, como decimos por Cantabría, a capar se aprende cortando huevos y alguno he cortado en los últimos 20 años.

Si tuviera que decir cuál es la clave volvería al número 3, pues 3 son los pilares de la negociación:
1.- Establecer una interacción orientada al intercambio.
2.- Impulsar el acuerdo.
3.- Estar pendiente de las necesidades reales de los implicados y si es posible atenderlas.

Aquí lo dejo por hoy. Como veis todo es muy personal y no he acudido a citas, ni a bibliografía sobre la materia. Quería empezar por el principio, por el credo que profeso y con el que comulgo. Las próximas semanas continuaremos hablando de la negociación desde un punto de vista más técnico o si queréis más profesional. Aquí y en donde toque.

Como decía al principio: Lucha de Gigantes (Antonio Vega, 1992)
LUCHA DE GIGANTES