"Virgencita, virgencita, que me quede como estoy". Que sí, que sí. Que esto de ser un ganador no me ha gustado nada. Las gentes te miran mal, de repente te conviertes en un presuntuoso y por si fuera poco pasas del anonimato al centro de la escena sin tiempo a aclimatarte.
Decididamente me gusta más mi Atleti de toda la vida. El que te da sufrimiento hasta 10 minutitos antes del final que es cuando, en la jugada tonta del partido, va y palma (pierde en el foro).
Será la costumbre pero para un Atlético perder forma tanta parte del juego del futbol, como la pelota o las porterías. Uno se ha habituado a base de experiencias y sube de vuelta a casa por el Paseo de los Melancólicos, con la cabeza gacha y sin ganas de hablar. Eso sí, al despedirse de la pandilla no falta el: “bueno el miércoles a las 19.00 en el sitio de siempre que hay Copa”.
Quizás por esto mi credo está basado en la lucha contra la adversidad, en el “Impossible is nothing” (no hay nada imposible publicitado por Adidas), en el hay que intentar algo nuevo y en el juntos podemos.
Uno puede ser el hermano pobre pero sigue siendo hermano ,y es que como predicaba el genial Andrés Montes “La vida puede ser maravillosa”. Eso sí, siempre a base de mucho equipo y contadas estrellas. ¿Me explico?
Todos los días afrontamos como directivos una larga lista de tareas en el “to do”. El secreto, más allá de matrices más o menos ingeniosas, es terminar el día con todo lo urgente e importante realizado (o en fase de realización), con todo lo urgente que es poco importante delegado, con todo lo importante colocado en la lista de espera de urgencias y con los asuntos poco urgentes y nada importantes eliminados de la cesta.
Esto supone un montón de trabajo, aunque para algunas capas de la organización no sea transparente y no se vea la real dimensión de las tareas. Como consecuencia del alto número de acciones a realizar aparece el error como parte del juego. Claro que no es deseable y mucho menos bienvenido, pero cuando uno juega como titular 100 partidos por día y planifica como entrenador otros 200, inevitablemente hay partidos que se pierden.
Y aquí es donde los que saben perder toman importancia para la organización. A mi juicio todos los perdedores de por sí son futuros ganadores pero ¿cuántos ganadores están preparados para ser perdedores? .
El fracaso no es más que la prueba de que algo no se ha deseado con la suficiente fuerza (decía el protagonista de la película “El Paciente Ingles”). Añadamos al deseo un poquito de esfuerzo, varias gotitas de sacrificio y disciplina a discreción y……….seguro que ÉXITO.
Como el mundo es redondo desde el Éxito/Logro uno sólo se puede mover al Fracaso/Error. Allí os espero con mi querido Atleti, en la ribera del río Manzanares, donde los indios acampamos y hoy se escuchan tambores de alegría. No temáis, juntos generaremos sentido de propósito.
Y si no… siempre nos quedará la “Europa League del 2010”.
Como decía al principio: “Club Atlético de Madrid, Himno del Centenario” (Joaquín Sabina 2003)
CLUB ATLÉTICO DE MADRID, HIMNO DEL CENTENARIO
Decididamente me gusta más mi Atleti de toda la vida. El que te da sufrimiento hasta 10 minutitos antes del final que es cuando, en la jugada tonta del partido, va y palma (pierde en el foro).
Será la costumbre pero para un Atlético perder forma tanta parte del juego del futbol, como la pelota o las porterías. Uno se ha habituado a base de experiencias y sube de vuelta a casa por el Paseo de los Melancólicos, con la cabeza gacha y sin ganas de hablar. Eso sí, al despedirse de la pandilla no falta el: “bueno el miércoles a las 19.00 en el sitio de siempre que hay Copa”.
Quizás por esto mi credo está basado en la lucha contra la adversidad, en el “Impossible is nothing” (no hay nada imposible publicitado por Adidas), en el hay que intentar algo nuevo y en el juntos podemos.
Uno puede ser el hermano pobre pero sigue siendo hermano ,y es que como predicaba el genial Andrés Montes “La vida puede ser maravillosa”. Eso sí, siempre a base de mucho equipo y contadas estrellas. ¿Me explico?
Todos los días afrontamos como directivos una larga lista de tareas en el “to do”. El secreto, más allá de matrices más o menos ingeniosas, es terminar el día con todo lo urgente e importante realizado (o en fase de realización), con todo lo urgente que es poco importante delegado, con todo lo importante colocado en la lista de espera de urgencias y con los asuntos poco urgentes y nada importantes eliminados de la cesta.
Esto supone un montón de trabajo, aunque para algunas capas de la organización no sea transparente y no se vea la real dimensión de las tareas. Como consecuencia del alto número de acciones a realizar aparece el error como parte del juego. Claro que no es deseable y mucho menos bienvenido, pero cuando uno juega como titular 100 partidos por día y planifica como entrenador otros 200, inevitablemente hay partidos que se pierden.
Y aquí es donde los que saben perder toman importancia para la organización. A mi juicio todos los perdedores de por sí son futuros ganadores pero ¿cuántos ganadores están preparados para ser perdedores? .
El fracaso no es más que la prueba de que algo no se ha deseado con la suficiente fuerza (decía el protagonista de la película “El Paciente Ingles”). Añadamos al deseo un poquito de esfuerzo, varias gotitas de sacrificio y disciplina a discreción y……….seguro que ÉXITO.
Como el mundo es redondo desde el Éxito/Logro uno sólo se puede mover al Fracaso/Error. Allí os espero con mi querido Atleti, en la ribera del río Manzanares, donde los indios acampamos y hoy se escuchan tambores de alegría. No temáis, juntos generaremos sentido de propósito.
Y si no… siempre nos quedará la “Europa League del 2010”.
Como decía al principio: “Club Atlético de Madrid, Himno del Centenario” (Joaquín Sabina 2003)
CLUB ATLÉTICO DE MADRID, HIMNO DEL CENTENARIO