domingo, 24 de enero de 2010

TODO A PULMÓN


"Adiós que te vaya bonito", le dije. Y el mono se fue a donde viven los monos, que aquí en Cantabria se llama Cabárceno.

Ya en el mundo real, hay veces que uno debe ganarse el pan como Director y olvidarse de ese otro 50% que son los RRHH. Esto es, hay que comunicar acciones que pueden resultar muy duras para los interlocutores. Dependiendo de la posición que se ostente dentro de la pirámide jerárquica de la Compañía, estas decisiones son propias en más o menos porcentaje. Así, cuanto más arriba se esté suele resultar más sencillo, ya que uno ha tomado parte o incluso ha sido el promotor de la situación.

Mi consejo es conjugar la orden con un mensaje motivador. No es lo mismo decirle a tu hijo: “Apaga la tele que son las 11 y media de la noche”, que “Apaga la tele que tienes que descansar, para mañana jugar ese partido de padel tal importante que tenemos contra los Zubía”.

Claro que, también hay veces que en el mensaje debemos reconocer que la decisión a comunicar proviene de un previo error nuestro. Así, hay que mencionar de manera clara e inequívoca el error en el mensaje. Siguiendo con el ejemplo tendríamos: “¿Pero qué haces todavía viendo la tele? Es culpa mía ya que no te dije que hasta las 11, pero apaga la tele que tienes que descansar, para mañana jugar ese partido de padel tal importante que tenemos contra los Zubía”.

Quizás aquí suene fácil de hacer pero para todos aquellos que no estáis muy avanzados en esto de pedir perdón (yo soy un avezado pedidor de perdones dado mi mal carácter) y, para que os resulte más sencillo, podéis incluir una justificación del error al ser éste una parte integrante de la toma de decisiones. Ejemplo: “¿Pero qué haces todavía viendo la tele? Es culpa mía ya que no te dije que hasta las 11, antes de salir a cenar con tu madre, pero apaga la tele que tienes que descansar, para mañana jugar ese partido de padel tan importante que tenemos contra los Zubía”.

Lo cierto es que no siempre podemos dirigir desde el consenso y debemos poner un poco de autoridad en nuestras propuestas. La clave, a mi juicio, consiste en no romper el compromiso de los miembros del equipo y conjugar, en lo posible, el ejercicio del mando con la motivación. Para llevar a buen puerto este tipo de decisiones es necesario la implicación, aún más si cabe, de todos los miembros del equipo.

Una última reflexión. Estos “brownings” (marronazos) no se endosan o delegan. No se puede, y además no se debe. Recordad que el sueldo es global y abarca un 100% que se divide en un 50% en Dirigir y un 50% en RRHH, en Comercial, en Finanzas, en Fabricación, etc.

Decía Peter Drucker que “Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente”. Esta frase, que utilizo a menudo en mis declamaciones, la he hecho mía al completarla con “y la supo comunicar de manera adecuada”.

Saber elegir la decisión correcta aunque sea dura y comunicarla con eficacia siempre ha sido una de las principales características de aquellos a los que admiro en lo profesional, y es por ello que hoy os lo he traído a “Tu Canción”.

Que tengáis una buena semana aunque lo que toque no sea especialmente bonito. Yo ahora me voy a jugar al padel con mi hijo Ignacio.

Como decía al principio: “Todo a Pulmón” (Alejandro Lerner 1983).

TODO A PULMÓN

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